Para disfrutar sin riesgo de una amplia variedad de frutas y verduras frescas, basta con respetar unas normas básicas de higiene.
Al consumir frutas y verduras crudas, se corre el riesgo de ingerir también, cualquier residuo que haya quedado en ellas al estar en contacto con alguna superficie sucia o sustancia tóxica, o los microorganismos que se encuentran en los fertilizantes orgánicos, el agua de riego, etc.
Para reducir el riesgo de intoxicación microbiana es conveniente aplicar las siguientes medidas:
* Al comprar, procure seleccionar frutas y verduras de apariencia fresca y en buenas condiciones, evitando las que huelan a rancio o las que estén podridas o tengan moho. Nunca compre verduras envasadas que tengan líquido en el interior del envoltorio, aunque es normal que aparezca algo de condensación en los paquetes de ensaladas preparadas.
* Al escoger los productos, evite los que puedan presentar señales de golpes. Compre únicamente lo que vaya a consumir. Algunas frutas y verduras, como las manzanas y las zanahorias, se conservan bien, pero la mayoría de estos alimentos deben consumirse en pocos días.
* Almacene de inmediato todos los productos en una nevera limpia y a baja temperatura (5°C).
* Lea y siga las indicaciones del etiquetado de las frutas y verduras envasadas, tales como «Consérvese en frío», «Consumir preferentemente antes de…», o «Caduca el…», y tire cualquier producto que haya guardado durante demasiado tiempo, que huela mal o parezca rancio.
* Antes de consumirla, lave tanto la fruta como la verdura bajo un chorro abundante de agua limpia, y si va a comer también la piel, frote bien la superficie. Antes de trocear y servir crudas frutas o verduras de piel resistente, como melones (cuando los sirva en un plato compuesto), manzanas o zanahorias, lávelos a conciencia con un cepillo destinado exclusivamente a ese uso y abundante agua.
* Los frutos más pequeños y delicados, como fresas, frambuesas, moras, etc., han de enjuagarse en un colador para evitar cualquier posible riesgo de intoxicación, eliminando bacterias, virus y residuos nocivos que se hayan adherido a la superficie.
* Lávese bien las manos antes de nada, y lave el alimento justo antes de consumirlo, no cuando vaya a guardarlo.
* Cubra cuidadosamente los recipientes que contengan fruta o verdura cortadas, guardándolos en la nevera hasta el momento de servirlo, y deseche cualquiera de esos alimentos si han estado fuera de la nevera durante más de cuatro horas.
Las frutas y verduras frescas, además de ser sabrosas y agradables al paladar, son una fuente esencial de vitaminas, minerales y fibra, indispensable en nuestra dieta.