SUPER ALIMENTOS

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SUPER ALIMENTOS

Desde hace meses (o años) no es infrecuente que los periodistas pregunten a los que nos dedicamos a la nutrición clínica acerca de los “superalimentos”. Generalmente se están refiriendo a alimentos “de moda” que se compran habitualmente en tiendas “especializadas” y que suelen costar mucho más que sus equivalentes nutricionales más cercanos. Así, por poner solo algunos ejemplos, recientemente se han encumbrado a las bayas de Goji, al trigo sarraceno, a la quinoa, a la maca, la espirulina o a diferentes sustitutos de los lácteos. La búsqueda de la “dieta ideal” junto con la difusión que realizan los medios de comunicación, las redes sociales o Internet sobre sus beneficios, aderezado con la intervención de pseudocientíficos (con intereses mercantiles) hacen que su consumo se incremente exponencialmente.

Sin embargo, tengo que confesarles que NO existen los superalimentos. Quizás solo se salva la leche materna, ya que es el único alimento considerado completo para los humanos (por que permite a los bebés desarrollarse y crecer sanos, ¡pero solo hasta los 6 meses¡).

El resto son alimentos con diferentes propiedades nutricionales que, combinados unos con otros, especialmente en un contexto cultural y gastronómico determinado, permiten mantener la salud actual y futura. De hecho la investigación actual nutricional mundial no se centra en la ingesta concreta de algunos alimentos (por muy saludables que sean) ni tampoco en los nutrientes que contienen (proteínas, hidratos, grasas, vitaminas, minerales…) si no, especialmente, en los patrones de consumo global de alimentos (en la combinación de los mismos). El ejemplo más importante para nosotros (y no por repetido menos cierto) es que el patrón de dieta mediterránea se asocia a un descenso de la mortalidad cardiovascular, del riesgo de diabetes, de enfermedades de la esfera mental, de cáncer y de otras muchas enfermedades crónicas.

Por otro lado, no hay que ser muy avispado para intuir que, incluidos dentro de la dieta mediterránea tenemos a nuestra disposición, en el mercado del barrio (o incluso en el supermercado más cercano) numerosos “superalimentos” (no entiendo por qué no preguntan los periodistas por ellos ) como el aceite de oliva virgen (con su grasa saludable y sus componentes antioxidantes); las legumbres (magnífica fuente de proteínas, de fibra, de hidratos de carbono de bajo índice glucémico que, además, generan muy poco impacto ambiental), el vino tinto (también con sus propiedades antioxidantes); las frutas y verduras de temporada (¡todas las de temporada¡) y, preferentemente, de cercanía (que aportan vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra, prebióticos…), el pescado azul (como fuente de proteínas saludables y de w3), los frutos secos crudos (verdaderos “superalimentos” que condensan en su interior energía, grasa beneficiosa y compuestos bioactivos, que se comportan como píldoras anti-envejecimiento), los cereales de grano entero (con sus vitaminas e hidratos de carbono que suben poco la glucosa), los condimentos habituales de los sofritos y guisos (cebolla, ajo, especias…), y otros tantos alimentos individuales que al combinarlos entre sí aportan los verdaderos beneficios a nuestra salud …

Así que mi recomendación es que no malgaste crónicamente su dinero y tiempo en incorporar alimentos (aunque sean súper) ajenos a su cultura gastronómica. Mejor quede a almorzar o cenar en casa de su madre (o de sus abuelos, tíos…) y recuperen juntos el placer de disfrutar de una verdadera dieta mediterránea repleta de “superalimentos cercanos” en buena compañía.

Gabriel Olveira Fuster

Especialista en Endocrinología y Nutrición y ejerce su labor asistencial en la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga como Jefe de Sección. Es profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga e investigador del Instituto de investigación Biomédica de Málaga. Tanto su actividad asistencial, en el hospital, como sus trabajos de investigación están relacionados principalmente con la Nutrición Clínica y Dietética y la Diabetología. Ha publicado libros y artículos científicos en revistas especializadas en este campo.  Colabora como articulista para “Málaga en la Mesa” del Diario Sur en temas de divulgación sobre Nutrición.