OPERACIÓN BIKINI

0
OPERACIÓN BIKINI

Odio cuando por estas fechas los periodistas se acercan al servicio de Endocrinología y Nutrición para que hablemos de la “operación bikini”: todos los años las mismas preguntas y las mismas respuestas. Hace unos años mi compañero Sergio tuvo que aguantar salir en una foto muy pequeña destacando la importancia de mantener una dieta saludable todo el año y al lado una impresionante mujer en tanga que ocupaba más de un tercio de la página… Pero claro, una imagen vale más que cien palabras de un endocrino…
Los tópicos veraniegos, perder esos kilos de más, lucir el cuerpo en la playa… me sirven para reflexionar sobre la motivación. Es verdad que la obesidad es una enfermedad crónica y desagradecida en su tratamiento por lo fácil que es ganar y lo difícil que es perder peso, y sobre todo, mantener lo perdido. Y aunque todos los endocrinos tenemos casos de personas llegan a reducir hasta 50 kg solo con dieta y ejercicio, realmente son excepciones que se caracterizan por mantener una altísima motivación y un adecuado apoyo (sanitario y de su entorno).

Hace años, cuando comencé mi tesis doctoral, sometí a un grupo de pacientes con los triglicéridos elevados a una dieta muy baja en calorías (1.000 cal) y comparé la respuesta metabólica con personas sanas. Como habrán supuesto, la mayoría de los sujetos que se prestaron al experimento ¡sin estar enfermos¡ los recluté de mi entorno más cercano (mujer, cuñados, primos, tíos y amigos). Sinceramente fue una prueba de amor de todos ellos: Mi cuñado y mi mujer acudían a casa de mi madre (que siempre ha sido una gran cocinera) a que les preparara unos apetitosos, imaginativos y saciantes platos (pero eso sí, elaborados sin pasarse ni un gramo de las cantidades permitidas). Otro amigo de metro ochenta, que era un gran trasnochador, solo tenía energía para quedarse en casa tumbado después del trabajo. Reflexionar le sirvió para pedirle el matrimonio a la que es ahora su mujer; además, cuando acabó el estudio, más de un colega le preguntó si no había contraído alguna enfermedad grave por el mal aspecto que tenía…

Desde luego, sin la motivación de no dejarme tirado en mi investigación, posiblemente la adherencia hubiera sido diferente… Sentirse mejor, tener el colesterol, el azúcar o la tensión elevada, o incluso, aunque me repatee, la “operación bikini” pueden ser buenas excusas para motivarse.

Gabriel Olveira Fuster

Especialista en Endocrinología y Nutrición y ejerce su labor asistencial en la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga como Jefe de Sección. Es profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga e investigador del Instituto de investigación Biomédica de Málaga. Tanto su actividad asistencial, en el hospital, como sus trabajos de investigación están relacionados principalmente con la Nutrición Clínica y Dietética y la Diabetología. Ha publicado libros y artículos científicos en revistas especializadas en este campo.  Colabora como articulista para “Málaga en la Mesa” del Diario Sur en temas de divulgación sobre Nutrición.