Ayer atendí a una paciente que, por problemas de salud graves, que ya había superado, había perdido mucho peso y le costaba recuperarlo. Le dimos una serie de recomendaciones para aumentar las calorías de la dieta y le sorprendió que la animáramos a tomar fritos (rebozados con aceite de oliva virgen), dulces caseros , turrones de jijona (duros y blandos), tortas de aceite (de las de Castilleja de la Cuesta), tortas de Algarrobo, frutos secos (almendras y nueces crudas), quesos curados o a echar sin moderación aceite a las ensaladas y a los alimentos ya preparados, mojar salsa en el plato o rallar huevos y añadir picatostes a las sopas y cremas….
Todos estos alimentos y prácticas culinarias tienen en común que aportan bastantes calorías pero están elaborados, en mayor o menor medida, con ingredientes saludables. Para nuestra paciente, estas comidas eran sinónimo de “malos para la salud” por que confundía aportar muchas calorías (cantidad) con su calidad. Saber distinguir la diferencia es importante. De hecho, la confusión le llevaba a seguir una dieta muy restrictiva en relación a sus necesidades.
Como hemos comentado en otras ocasiones, los alimentos no son buenos o malos por sí mismos, si no que es la repetición de los hábitos lo que nos hace seguir patrones de alimentación más o menos saludables. El reto de los sanitarios, pero también de los políticos y de los educadores en general, es saber traducir la información técnica sobre nutrientes a la elección cotidiana de los alimentos (que es de lo que entiende todo el mundo).
Siguiendo con el ejemplo de hoy, son las grasas y los aceites los que se llevan el “premio gordo” en cuanto al aporte calórico (9 calorías por gramo frente a las 4 de las proteínas o los hidratos de carbono). Esto hace que contribuyan mucho al total de la dieta. No obstante, si las distribuimos con inteligencia y moderación en nuestros menús contribuyen a promover la salud. Por ejemplo, tomar pescado graso y un puñado de frutos secos dos o tres veces en semana y cocinar, freír y comprar alimentos elaborados con aceite de oliva virgen es una magnífica opción para aportar calorías saludables. Si, además, quiere engordar, puede tomarlos sin medida. En resumen, que no todo lo que engorda es ilegal, inmoral o sube el colesterol.