NUTRISCORE: UNA COLORIDA NOVEDAD EN LAS ETIQUETAS QUE VIENE DE FRANCIA

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NUTRISCORE: UNA COLORIDA NOVEDAD EN LAS ETIQUETAS QUE VIENE DE FRANCIA

Ya hace algunos meses, durante la convención NAOS, la Ministra de Sanidad anuncio la implantación de Nutriscore en España como sistema de información nutricional frontal ( FOP fornt of pack en inglés).

Este anuncio se produjo en un ambiente de gran revuelo entono a los sistemas FOP, ya que había algunas comunidades autónomas estudiando sacar sus propios sistemas y también las principales multinacionales de la alimentación en Europa anunciando el suyo.

¿Qué etiquetados gráficos frontales o FOP existen?

En Europa y en el mundo existen diferentes sistemas orientados a proporcionar una información gráfica más fácil de interpretar por parte del consumidor y que le permita hacer elecciones más saludables.

Los sistemas de logotipo “ producto saludable” como el” keyhole” de los países nórdicos. Suecia, noruega Dinamarca e Islandia o el “healthy choice” de Holanda y que también han adoptado otros países y que establecen una serie de requisitos orientados a que los productos que tenga este símbolo son una opción saludables dentro de su categoría ya que tienen menos azúcar, sal, menos grasas, y más saludables o más fibras o cereales integrales.

Otro sistema muy usado por la industria son las GDAs (guiadline daily amount?) que indican, sin código de colores, el porcentaje con el que una ración de ese producto contribuye a la ingesta de un determinado nutriente y en concreto destaca el % de la GDA de sodio, azúcar, grasas y grasa saturada y además proporciona la cantidad de calorías por ración.

En Chile hay un sistema muy simple pero efectivo, a tenor de los resultados que parece haber producido, que es un hexágono negro con la mención alto en … grasa saturada azúcar o sal. 

Estos son solo algunos ejemplos que nos quedan más cerca, pero existen otros en países de Oriente o en Australia.

Y por último llegamos a los esquemas coloreados.

El primero en parecer fue el semáforo, que se empezó a utilizar en el Reino Unido allá por el año 2012. En este sistema se establece un código de colores en función de la cantidad de azúcar, grasa saturada y sal de 100 gramos de producto y en función de si el producto es alto, medio bajo en un determinado nutriente se colore de rojo anaranjado, amarillo o verde. En España Eroski en los productos de su marca utiliza este sistema.

Basado en este sistema de colores 6 de los principales fabricantes de alimentos en Europa, Unilever, Nestlé, Mondelez, Coca cola y PepsiCo y Mars, que luego se quedaron en 5 al bajarse del carro Mars, plantearon un sistema similar con colores en función de el nivel de estos nutrientes era el llamado ENL (Evolved Nuritional labelling). Este sistema tenía la particularidad que, en vez de basarse en la cantidad de un determinado nutriente en 100 gramos de producto, se basaba en la cantidad de ese mismo nutriente por ración, que no necesariamente coincidía con la unidad de venta, de esta forma por poner un ejemplo, la ración de Kit-Kat se establecía en medio envase.

Este sistema, por tanto, era susceptible de arbitrariedades ya que cambiando la ración podía conseguirse un mejor color, una mejor valoración, esa era su punto más débil y criticado, a pesar de que argumentaban haber contado con el asesoramiento de científicos expertos para determinar las valoraciones los niveles y las raciones.

El anuncio en España cortocircuitó todas las otras iniciativas que había, tanto la de los fabricantes como al de las Comunidades Autónomas.

Y por último el Nutriscore, que es un sistema marca registrada en Francia creado en colaboración con expertos científicos que han asesorado y creado el algoritmo. El algoritmo del Nutriscore se basa en un sistema donde la presencia de nutrientes, sobre 100 gramos de producto tiene en cuenta nutrientes y componentes favorables como la proteína, fibra cantidad o fruta y desfavorables como al grasa, azúcar etc. La escala es diferente para bebidas y alimentos sólidos.

Este sistema da como resultados una letra y un color asociado en función de la puntuación numérica obtenida. De esa forma se da una valoración global del producto con una escala. Hay una salvedad, en la que los criterios cambian un poco para los quesos, algo que se ha criticado como una concesión a la tradición quesera francesa, pero que sin embargo justifican como una ampliación de la escala de forma que sea posible diferenciar entre tipos de quesos más o menos grasos, salados etc., y así poder ampliar la escala y diferenciar unos quesos de otros, sin que en ningún caso tengan una valoración muy favorable.

En Europa además de Francia, Bélgica también ha recomendado el uso de este sistema y algunos supermercados con gran implantación en el país, están utilizando este sistema en su marca propia lo cual está favoreciendo su difusión.

Pero ¿Significa esto que vaya a ser el sistema adoptado en toda la UE? Nadie lo sabe. La Comisión europea había previsto publicar un informe sobre los FOP a finales del pasado año 2018 pero parece que se retrasa hasta la primavera. Tendremos que esperar a ver que conclusiones o recomendaciones hace.

Y con el reglamento de información al consumidor 1169/2011 en la mano los estados miembros no pueden hacer obligatorio ningún FOP, solo pueden recomendarlo.

Para que puede o no servir Nutriscore.

En los primeros momentos de confusión y cierta dosis de desinformación sobre el Nutriscore se comparaba la valoración que podría tener un aceite de oliva virgen extra con el de una Coca-Coala Light, siendo esta segunda mucho mejor valorada por la escala Nutriscore que el propio aceite. Para eso no sirve el Nutriscore, para lo que si nos sirve es para comprar productos de la misma categoría y hacer elecciones más saludables, es decir elegir o ver la diferencia entre galletas, o entre galletas y bollos, o entre diferentes tipos de embutidos o quesos, o diferentes platos preparados, pero no sirve para comparar un queso con una galleta, o un zumo con una Coca-Cola Light.

Por el momento solo Eroski ha anunciado que empezará a usarlo en su marca blanca, una decisión anterior al anuncio de la Ministra y que además al mantener su etiquetado de semáforos, con el sistema británico, que ya usaban tendremos además de la valoración global de la calidad nutricional del producto, la posibilidad de ver los nutrientes críticos en colores naranjas o amarillos y podemos saber cuál es el problema particular de ese alimento con un solo golpe de vista. Sin duda una muy buena opción para aquellos consumidores interesados por la presencia de algún nutriente particular, sal en hipertensos, grasas saturadas en problemas de hiperlipidemias.

Por otro lado, tiene poco sentido usarlo en alimentos que no tienen ingredientes, es decir alimentos sin receta como un aceite, un zumo o una leche entera, ya que son productos que son como son y no va a haber diferencias entre marcas.

¿Nos ayudara Nutriscore a mejorar la dieta? La evidencia científica en artículos como este (enlace) https://www.cambridge.org/core/journals/public-health-nutrition/article/nutrition-labels-on-prepackaged-foods-a-systematic-review/F28676122435F2FC22D404AA268C2DB0 nos dice que los sistemas gráficos de información mejoran la elección de los productos por los consumidores, pero esta claro que tenemos que saber usarlo, encontrarlo en cuantos más productos mejor.

Y también es nuestro deber preocuparnos un poco de lo que echamos en nuestra cesta de la compra, porque además de los fabricantes, de la administración que legisle y de las etiquetas que nos ayuden comer bien para vivir mejor es una responsabilidad individual que repercute en nuestra salud y la de nuestra familia. Y como siempre pesar que la cesta o el carro de la compra deben estar ellos de productos frescos sin etiquetas y sin Nutriscore, eso debe ser la base de nuestra alimentación.

 

 

Gemma Trigueros Segura

Coordinadora de Alimentación en OCU. Licenciada en Veterinaria por la UCM en la especialidad de Bromatología. Después de una breve pero intensa incursión en la investigación, de la que aprendí un poco de ciencia y mucho de la vida y del trabajo llegue a la Organización de Consumidores y Usuarios en 1994, desde entonces realizo allí estudios comparativos de alimentos, informes sobre temas de seguridad alimentaria, calidad de los alimentos, etiquetado e información al consumidor. También he tenido la oportunidad de representar los intereses de los consumidores en diferentes foros nacionales y europeos e ir siguiendo y a veces participando en el desarrollo de la legislación alimentaria. Soy representante del CCU en el Consejo Consultivo de AECOSAN, miembro del Food Group del BEUC (Oficina europea de los Consumidores), y de ICRT ( Intenrational Consumer Testing and Research) y del Comité Consultivo del COI (Consejo Oleícola internacional).